lunes, 3 de marzo de 2008

MIS GUÍAS Y YO

Mi vida ha transcurrido en una suerte de sicoterapia tendiente a liberar el inconsciente de recuerdos traumatizantes, lo que no implica que sean necesariamente malos. Tuve una infancia feliz y recibí una excelente educación que no asimilé en todo su contenido. Sí cargo todavía con la pesada mochila de mi marcada inestabilidad emocional que hizo lastimara a mis mayores afectos. De todas maneras me considero un buen tipo y disfruto de la dicha de tener un hijo como Julián, quien junto a Samanta, su novia que parece sacada de un cuento de hadas, me están enseñando que es posible construir un mundo mejor, donde por sobre todo deben estar presentes el amor, la paz, el talento y la creatividad.

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